Si bien la industria Hollywoodense nos ha abarrotado de
adaptaciones de cómics de casas como Marvel, DC, Dark Horse, ¿qué se puede
decir sobre las adaptaciones de los mangas?, el otro contenido igual o para
algunos más popular que el primero. Los más puristas contestaran con rotundo
no, que no debería adaptarse, que muchas cosas solo funcionan en su medio. Pero
bueno, todos sabemos que ese no es el caso.
Las adaptaciones en acción real de mangas son muchas a la
fecha, y solo nos enteramos de más populares porque están precedidas de sus
respectivos animes (animación) ya tenemos la película de Shingeki no Kyojin (Ataque
a los Titanes), y se viene las películas de Full Metal Alchemist y Bleach.
En lo que respecta a adaptaciones norteamericanas hace poco
tuvimos la primera película de acción real de Ghost in the Shell, pronto
llegará Death Note dirigida por Adam Wingard. Aunque no son muchas, no quiere
decir que en el futuro no apuesten por adaptar más material oriental, ya que a
falta de ideas originales… tarde o temprano ocurrirá.
La adaptaciones live-action que vienen de Japón por mas buen
intencionadas que sean, muchas veces pecan de ‘adaptar’ de forma muy literal, y
si bien algunos fans se deben sentir felices ver calcados a sus personajes, no
ayuda que se sienta orgánica visualmente. En muchos casos ya no es necesario
peinados extraños y ropas rimbombantes, es otro medio, y es probable que no
funcione.
Claro que hay excepciones, como en el caso de Rurouni
Kenshin (Samurái X) que saca provecho al material original con una buena ambientación, otra es la adaptación de Oldboy dirigido de manera impecable por el
director surcoreano Park Chan-wook, o Ichi The Killer la impactante película de
Takashi Miike.
En occidente si bien no hay gran cantidad de adaptaciones,
hay otras películas que se basan en material similar, los videojuegos que
tienen de origen japonés como son Mario Bros, Street Fighter, Final Fantasy o
Resident Evil. Películas que no está de más decir que son malas. Algunas
verdaderas oportunidades perdidas como Resident Evil, que se volvió una
franquicia de acción sin sentido.
En adaptaciones de anime/manga solo encontramos la pésima
Dragon Ball Evolution de James Wong, que parece que nunca vio el material
original. Pero si le damos algo de beneficio, el material original toma mucho
de la cultura japonesa, lo cual debe ser difícil adaptar en cualquier
circunstancia.
Este año tuvimos Ghost in the Shell dirigida por Rupert
Sanders, una adaptación decente de la obra se Masamune Shirow, que aunque no
llego a profundizar en los temas que toca el anime, dejo las puertas abiertas a
un mayor desarrollo de personajes.
Por último Death Note, una película de Netflix dirigida por
Adam Wingard, que no ha estado exento de crítica por la raza de los personajes.
Pero bueno, como aún no se estrena le damos el beneficio de la duda.
En conclusión, esperamos que sea donde sea que se realicen
estas películas al menos se dignen en respetar el material original que a
muchos cautivo desde un principio.
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